Detrás de las sonrisas falsas y las miradas vacías se esconde un maltrato que preferimos callar. Eres testigo de tus propias acciones autodestructivas, las cuales te arrastran hacia un abismo emocional sin salida. La crueldad interna puede ser más devastadora que cualquier golpe físico.
La mente, ese abismo oscuro, alberga las raíces profundas del odio y el autodaño. Aquellos que viven bajo la dictadura del perfeccionismo escuchan un requiem en las noches, sin encontrar ni la luz de una vela. Siempre analizando y siempre equivocando, uno nunca es suficiente cuando se somete a autoevaluación.
Enfrentar la incómoda y visceral verdad sobre las heridas que nos infringimos a nosotros mismos no es tarea fácil. Los espejos reflejan nuestras cicatrices invisibles y los susurros de autodesprecio ensordecen nuestros oídos.
Esta pieza tiene como objetivo romper el silencio y confrontar la brutalidad de nuestros propios pensamientos autodestructivos. Es un viaje descarnado hacia las profundidades más oscuras de nuestra psique, un viaje del cual no saldremos indemnes.
No te aferres a las máscaras que ocultan tu verdadero ser. Es hora de enfrentar la realidad y sanar las heridas que nos hemos infligido durante demasiado tiempo. No permitas que la oscuridad siga gobernando tu vida.